Fundamentación:
No parece que pueda haber una acción más simple que la de pasear; elemental y al alcance de cualquiera, ni demanda un gran esfuerzo físico ni solicita, aparentemente, un sobreesfuerzo a nuestra mente. Sin embargo, el paseo, además de suponer un suave y moderado ejercicio físico capaz de contribuir al buen estado de nuestro cuerpo y a la mejora de la salud, es una actividad estética, incluso ética, y, por ello, profundamente filosófica. El paseo fue considerado por la Filosofía popular un arte de vida, una actividad completa, al mismo tiempo ética y estética, que procura placer y salud, tanto desde el punto de vista moral como físico.
En el siglo XVIII la Filosofía popular supuso el intento de hacer una filosofía práctica, que, aplicada a la vida diaria, resultara amena y amable. Era el suyo un proyecto en consonancia con los ideales de la Ilustración que trató de contribuir a elevar al público a la mayoría de edad. Uno de los representantes fue Karl Gottlob Schelle, quien escribió en 1802 un libro sobre El arte de pasearse, libro que es el mejor ejemplo de esta filosofía popular, contraria a la académica, a la representada, por ejemplo, por Kant.
Pasear no es caminar, ni viajar, ni trasladarse, no es hacer footing, ni jogging. De todas esas actividades se diferencia por carecer de finalidad, de meta y/o por la ausencia de urgencia en el movimiento, por tener un carácter no sólo físico, sino también intelectual o espiritual. La fatiga no es amiga ni del cuerpo ni del espíritu, es enemiga del goce.
En el paseo, el paseante, receptivo y abierto, se abandona a las impresiones, con tranquilidad, sin resistencia, con serenidad alegre. El paseante es un observador. El paseo causa paz, sosiego y despreocupación, es libertad, es un placer, pero no uno cualquiera, sino un placer estético porque en él se lleva a cabo la unión entre la actividad física y la intelectual; el paseo es el desarrollo vivo de la esencia de lo estético, el lugar de la alquimia de lo sensible en estético.
Es curiosa la relación que establece Schelle entre movimiento, pensamiento y salud. Para él el movimiento del cuerpo es indispensable, no para la vida, sino para la buena vida, para la salud del cuerpo y también para la de la mente. Se muestra contrario, por lo tanto, al "pensamiento sentado", que origina fantasmagorías y falta de sentido común, falta de cordura. Goya, mejor que nadie, ha puesto imagen a esta idea en el grabado en que un personaje sentado protagoniza el sueño de la razón que produce monstruos. Así que el buen funcionamiento del intelecto reposa sobre el movimiento del cuerpo, algo que ya practicaban otros como Cicerón, o Aristóteles en su escuela, el Liceo, llamado así por hallarse junto a un gimnasio dedicado a Apolo Licio. í‰sta será conocida popularmente con el nombre de «El Peripato» (de peripatos, "˜paseo'). De ahí también que se designe a sus discípulos como los «peripatéticos», porque gustaban de filosofar caminando.
El lugar del paseo influye también en nuestros afectos: pasear por un jardín, según Schelle, no es lo mismo que pasear por una ciudad, los paseos en medio de la naturaleza nos liberan de las contingencias mezquinas; los paseos por lugares frecuentados provocan una benevolencia desinteresada por los seres humanos y sus actividades. El paseo produce, pues, elevación del espíritu y sociabilidad. Puede, además, enriquecerse con la conversación de alguien que nos acompañe, aunque el paseo es el mejor momento para estar en soledad y desarrollar nuestros pensamientos y nuestra naturaleza.
A pesar de todas estas bondades, en el transcurso del siglo XX y lo que llevamos del XXI no ya pasear, sino simplemente caminar, se ha convertido en un "arte olvidado" porque la velocidad es un ídolo moderno y la prisa nuestra compañera más fiel. Hay, sin embargo, corrientes culturales como el Movimiento Slow que proponen una recuperación de las riendas del tiempo a través de una desaceleración vital.
Objetivos:
"¢ En este marco y con estos precedentes se trata de invitar a nuestro alumnado a desarrollar el hábito del paseo en la seguridad de que de su práctica sólo se derivarán beneficios.
"¢ Características de la experiencia estética: conocimiento y apropiación a través de esta actividad.
Contenidos:
"¢ El paseo entendido como contemplación y actividad estética.
"¢ Efectos fisiológicos del paseo.
"¢ El paseo urbano: erudito y de civilidad.
"¢ El paseo en el jardín.
Actividades:
"¢ Pasado, presente y futuro del paseo en mi ciudad.
"¢ Visita y paseo por el jardín botánico-histórico de La Concepción.